La
inseguridad es un tema que nos compete a todos. Son muy pocos los que se han
salvado de los robos, las extorsiones, los homicidios y demás amenazas que día
a día enfrentamos, pero aun así cualquiera conoce la problemática y espera que
el gobierno controle esta situación.
Para
muchos, la causa principal de la inseguridad es el desempleo y la falta de
oportunidades y para otros el facilismo. Todas estas opciones son verídicas,
pero la corrupción es la que más influye en el aumento de esta problemática.
La
justicia colombiana no castiga a los delincuentes como debe ser. Para la
muestra de un botón están las denuncias que a lo largo de los años se han visto
por corrupción, como por ejemplo los uniformados que están involucrados con el
narcotráfico en el puerto de Cartagena, o el caso de un ex policía capturado
por liderar banda de ladrones.
No
solo los policías se dejan manipular por los delincuentes, también los jueces. Se
atrapan a los delincuentes, pero a la hora de dictar sentencia los jueces
corruptos no los consideran un peligro para la sociedad y los sueltan y así,
como un círculo vicioso, la sociedad se mantiene.
Erradicar
este problema es muy complicado, es más fácil conseguirle un trabajo honesto a
los delincuentes que los corruptos dejen su vida cómoda, pero no es imposible.
Para
acabar la corrupción primero se debe empezar por uno mismo, no faltando a la
moral ni cambiar el bienestar de las personas por dinero. Cuando todos se
comprometan veremos que los delincuentes pagarán su merecido y así se
cogestionará un poco la inseguridad.
Pero
ojo, no es 100% garantizado que se acabará la corrupción, solo será un pequeño
paso que dará pie a los siguientes. Pero no se desesperen, con paciencia y
poniendo todos de su parte se puede solucionar las cosas.
Y
aunque suene muy utópico, no hay que perder la esperanza de tener una sociedad
modelo, no perfecta, pues siempre va existir el que hace el mal, pero si son
mayoría los que hacen el bien, todo puede ser mejor.
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