lunes, 27 de octubre de 2014

¿Quién tiene la razón?

La televisión se ha convertido en el medio de comunicación preferido del público en especial  de los niños y jóvenes, por lo tanto las cadenas de televisión tienen la responsabilidad de producir y transmitir contenidos que aporten positivamente la vida de los futuros ciudadanos colombianos.

Luego de que telenovelas como Pandillas, guerra y paz, Las muñecas de la mafia, El capo, Pablo Escobar, etc. han salido al aire se ha generado un debate sobre cómo la televisión influye en la vida de los jóvenes, que hasta este momento, no ha terminado.

Los creadores de programas con temáticas de violencia y sexo alegan que su objetivo principal para hacer estos proyectos es mostrarle a la juventud qué puede pasar si se sigue este ejemplo, persuadirlos y lograr que no tomen malas decisiones que no solo los perjudican, sino que también a sus familias, amigos y a la sociedad.

Por otro lado están los opositores que no creen en estos programas argumentando que dañan las mentes de los jóvenes y los incentivan a ser como estos personajes. La mayoría son padres de familia tradicionales que creen en los valores y piensan que se está atentando contra la moral.

Ambas partes tienen argumentos válidos, sin embargo ninguna tiene la verdad absoluta. Los creadores de contenido televisivo bien podrían hacer y transmitir programas sobre eventos culturales, libros, cine, o sobre la buena ortografía, pero si no son novedosos y entretenidos la gente no los verá, y como es obvio, los productores viven de la televisión, si no hay rating no hay trabajo.

Un buen ejemplo de innovación televisiva es el Profesor Súper O transmitido por el canal 13, programa que enseña ortografía de forma didáctica y que se ha convertido en una referencia cultural para la sociedad colombiana.

Se puede presentar contenidos violentos y sexuales en las telenovelas, pero siempre respetando el pudor y esto no significa censura, solo que al presentar escenas demasiado explicitas pueden generar fastidio a los televidentes. Además estos contenidos no son aptos para menores, lo cual si ellos van a verlos deben estar en compañía de adultos que les expliquen lo que están viendo. Pero esto es responsabilidad de los padres, no de los canales pues ellos advierten antes de presentar los programas de que serán contenidos fuertes para los niños.


En conclusión, hacer programas sobre violencia, sexo y drogas no está mal. Lo que está mal es que los jóvenes y los canales no varíen su programación, también se debe aprender sobre arte y cultura. Al ver estos contenidos siempre debe estar presente un adulto para supervisar que no hayan contenidos explícitos y exponerle a los jóvenes que haciendo el mal no se llega a nada bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario